Antes de comenzar a analizar los sistemas, la teoría, las tácticas
y los métodos de entrenamiento, es necesario comprender la naturaleza del
vóleibol. Este deporte tiene muchas características únicas y singulares, y el
entrenador debe compenetrarse con la naturaleza del juego, para así poder
adaptar mejor las estrategias y tácticas particulares para un juego exitoso. El
vóleibol se caracteriza por los siguientes elementos:
Rebotes
Esto implica que los jugadores no están en posesión del balón, con
excepción del sacador. El entrenador debe apuntar constantemente en el
entrenamiento a que los jugadores se encuentren en posición para devolver el
balón. Debe prestar atención a los puntos de contacto en los cuerpos y las
posiciones de los jugadores, a fin de que el balón sea devuelto en la forma más
eficiente posible. En la mayoría de los otros deportes, los atletas tienen
posesión del balón y corren con él. En esos casos, una mala posición corporal
queda compensada por la posesión del balón. La fuerza supera a los malos
movimientos técnicos. En el vóleibol debemos trabajar muy duro para posicionar
nuestros cuerpos correctamente antes de devolver el balón.
La mayoría de los contactos son intermedios
No hay contactos finales, por lo cual el control del balón es esencial.
La cooperación y el trabajo en equipo con vitales. Una vez que el balón es
puesto en juego, lo único que cuenta es el ataque final. Dado que el éxito
depende de la interrelación y la cooperación entre los jugadores, estas
cualidades dominan la estrategia de entrenamiento y la teoría táctica. Y en
razón de la gran cantidad de contactos intermedios, el término “control del
balón” domina el pensamiento del entrenamiento.
Alta concentración de jugadores en el campo de juego
Contamos con un área de juego “congestionada” y por lo tanto se
hace necesario considerar la organización de los jugadores, de sus
desplazamientos, el flujo de jugadores y lo que llamamos la “distribución de la
cancha” o la “cobertura de la cancha”. Es fundamental la relación entre los
jugadores contiguos en el orden de rotación. La interrelación de quién juega al
lado de quién se convierte en un punto fundamental del entrenamiento.
Relativamente poca retroalimentación positiva
El hecho de que existe relativamente poca retroalimentación
positiva, en especial una retroalimentación positiva instantánea, presenta
algunas dificultades en el proceso de aprendizaje. Uno de los elementos claves
del aprendizaje motor es la recompensa inmediata o la retroalimentación
positiva, salvo en el caso de saques directos o ataques exitosos. Todos los
otros contactos tienden a ser intermedios y no positivos en el refuerzo de las
capacidades, especialmente en el área de defensa. El bloqueo y las técnicas de
recuperación en la zona de zagueros requieren una gran creatividad de parte
del
entrenador para lograr un alto rendimiento. Esa es la razón por la que
los jugadores tienden a aprender el saque antes de la recepción de saque, y las
técnicas ofensivas antes que las defensivas.
Inversión de los roles tradicionales del ataque y
la defensa
En el vóleibol, el ataque evita que el adversario
anote un tanto – sólo se adquiere la posesión del balón cuando el ataque es
exitoso -. Con la defensa intentamos anotar tantos. En el vóleibol, la
tradicional agresión del ataque puede quedar disminuida en razón de los muchos
errores no forzados y la pérdida de tantos que éste ocasiona. Por otra parte,
la defensa tradicional, que simplemente espera a que el equipo rival cometa errores,
no tiene posibilidades de éxito el día de hoy. En la defensa del vóleibol, el
objetivo es ser agresivos y crear oportunidad de anotar tantos. El entrenador
debe comprender esta inversión de roles e integrar estos conceptos al
entrenamiento y a las presentaciones tácticas en los comienzos mismos del
desarrollo de sus jugadores.
Marcado desequilibrio entre el ataque y la
defensa
A pesar de las modificaciones introducidas por la
Comisión de Reglas de Juego de la FIVB en un intento por estrechar la brecha,
este desequilibrio se ha acentuado en los últimos años. Quizás más que en
cualquier otro deporte de equipo en el mundo, el ataque en vóleibol tiene una
enorme ventaja y, en cierto sentido, contradice el concepto de inversión de
roles del ataque y la defensa tradicionales tal como la presentan
estructuralmente las reglas (punto anterior). El ataque anota tantos o logra
éxitos bajo la forma de un cambio de saque más del 70% de las veces en el
vóleibol masculino de alto nivel. De este modo, las oportunidades normales de
anotar tantos son muy escasas.
Una barrera concreta evita en gran medida el
contacto físico directo entre los jugadores
Los jugadores tienen el control de su propio
juego y, en muchos sentidos, controlan su éxito o su fracaso independiente del
nivel o las acciones del adversario. El entrenador debe entrenar a sus
jugadores para determinar el nivel técnico que les permitirá alcanzar el éxito,
más allá de la fortaleza o debilidad del rival. Esta característica determina
el tipo de atletas que se acercan al vóleibol. Éstos tienden a manejar la
frustración y la agresión de diferente modo a como lo hacen los atletas de
otros deportes, en los que el contacto físico libera la frustración y sirve de
moderador a los altos y bajos del rendimiento. El entrenador debe entrenar el
atleta de vóleibol para que, además de competir con el adversario, juegue con
él mismo, compita contra él mismo y se esfuerce por alcanzar los objetivos que
él mismo se fija.
Tiempo ilimitado
Esta característica hace que el partido lo gane
siempre el equipo victorioso. Debe anotarse el último tanto. Una gran ventaja
puede perderse fácilmente y, por ello, el entrenador debe entrenar al equipo
para que gane activamente el partido, opuesto a esperar que el rival pierda el
partido. El ímpetu es fundamental e el vóleibol y, rápida y fácilmente, puede
pasar de un equipo a otro. En el vóleibol es difícil ganar un partido
dependiendo de la falta de juego del adversario, versus el fuerte rendimiento
del propio equipo. Existe una presión constante de anotar tantos.
Más que cualquier otro deporte de equipo en el
mundo, es un deporte dominado por el jugador
Este concepto se opone al de deportes dominados
por el entrenador, en los que el entrenador tiene una influencia más fuerte y
directa durante el transcurso de un partido. El contacto que el entrenador de
vóleibol puede tener con sus jugadores está muy restringido. Por lo tanto, el
entrenador debe hacer la mayor parte de su trabajo antes que el equipo ingrese
al campo de juego. Tiene menos oportunidades
que
en otros deportes tradicionales de realizar ajustes e interactuar con los
jugadores. Los jugadores “deben ser entrenador” para reaccionar a situaciones y
efectuar cambios tácticos en forma independiente.
El contacto del balón con los antebrazos en el
pase de abajo es exclusivo del vóleibol
Esto es inusual, ya que en la mayoría de los
deportes, el balón es contactado con las manos. En este sentido, el vóleibol
puede ser comparado con los deportes que utilizan raquetas o palos, aunque en
el vóleibol no se utiliza ninguno de esos elementos. La coordinación visual y
manual es fundamental en esta técnica particular, tal como lo es para los
jugadores de fútbol, quienes utilizan su pecho para controlar el balón.
Las reglas de vóleibol establecen la
obligatoriedad de la rotación de jugadores
Esto significa que en el vóleibol rige la idea de
que todos los jugadores deben ser igualmente aptos en todas las fases del
juego. Las reglas tienden a dirigir el entrenamiento desde una “especialización
de jugadores” hacia una “teoría del jugador universal”. La existencia de
equipos con seis jugadores titulares iguales en todos los aspectos ha sido el
objetivo durante muchos años. Lamentablemente, esta situación, en muchos
sentidos, ha retardado el desarrollo de algunos equipos de primer nivel y de
algunos de los pensadores del vóleibol. Sin embargo, el entrenador debe
comprender el concepto de rotación y las limitaciones que presenta la
especialización. Debe utilizar las reglas en forma efectiva, entrenando a los
jugadores para que se familiaricen con todas las áreas de la cancha, para que
se sientan igualmente cómodos en la zona de ataque y en la de zagueros. En el
proceso de aprendizaje, el concepto de rotación es quizás la regla más
importante con la que deben familiarizarse los jóvenes jugadores. Otro elemento
que la rotación que impone al vóleibol tiene relación con las adaptaciones en
el entrenamiento. Tendemos a creer que puesto que el jugador universal es el
“ideal”, debemos dedicar nuestro tiempo a entrenar a los jugadores en todas las
técnicas del vóleibol. Esto se convierte virtualmente en una imposibilidad en
las situaciones del mundo real. Sencillamente, las horas del día no son
suficientes para entrenar a todos los jugadores, de igual manera, en todas las
técnicas de vóleibol. El rol del entrenador en lo que hace la rotación es
trabajar dentro del marco de las reglas para crear una especialización y
superar la idea del jugador universal. En esto, el vóleibol se asemeja a todos
los otros deportes, si de alcanzar el éxito se trata. Una mayor especialización
es siempre igual a un mayor éxito.
Originalidad de las técnicas de desplazamiento
A través de la zambullida, la rodada, la carrera,
los pasos de arrastre, los pasos laterales, los pasos cruzados y otras
combinaciones de movimientos, nos desplazamos en todas direcciones. El
entrenador trabaja con sus jugadores hasta que estas técnicas se convierten en
una “segunda naturaleza” para ellos.
Zona de juego
En
el vóleibol, los jugadores utilizan en el juego dos zonas de su cuerpo no
utilizadas en otros deportes. La mayoría de los deportes juega en la zona
media, área comprendida entre la parte superior de la cabeza y las rodillas. En
el vóleibol se utilizan dos zonas que se encuentran fuera de la zona media – la
zona alta y la zona baja -. La zona baja va desde las rodillas hasta el piso.
Los jugadores son entrenados para que se sientan cómodos e el piso, utilizando
técnicas tales como la zambullida, rodada y técnicas de recuperación de vuelo,
las que son típicas del vóleibol. La zona alta es la de mayor alcance del
jugador (3.50 o más metros desde el piso). Gran parte del vóleibol se juega en
la zona alta, motivo por el cual los jugadores reciben un entrenamiento de
salto más intenso que los atletas de cualquier otro deporte.
Cristian Manuel Sanchez Vasquez
Profesor de Educacion Fisica
Entrenador Mini Voleibol
Arbitro Voleibol nivel 1